Celos y comparaciones

19.04.2018

No pocas personas, sufren la emoción de los celos, debido a un proceso de inmadurez personal en lo referente al área de las relaciones íntimas.

Muchos sentimientos de celos surgen ante la comparación con terceras personas, lo cual genera emociones y conductas negativas en la persona; inseguridad, frustración, irritabilidad, culpabilidad, son las emociones que subyacen a los celos.

Si pensamos que no obtenemos los beneficios suficientes por parte de nuestra pareja, por ejemplo, no muestra interés por nuestros objetivos o metas, no recibimos las muestras de cariño que creemos merecer o fundamentales, no tenemos planes de ocio conjunto y/o satisfactorio para ambos, etc., y observamos que si muestra estos intereses con una tercera persona, podemos actuar de manera reactiva ante estas conductas.

Al compararnos, nuestras inseguridades se agudizan, nos mostramos cual "perros rastreadores", pendientes a la evidencia que justifique nuestros pensamientos.

Es obvio que si nuestra pareja cambia de la noche a la mañana su comportamiento con nosotr@s, y vemos que se muestra más interesad@ por otra tercera persona, pues tenemos que hacer una valoración y toma de decisiones adecuadas para aclarar esta situación que nos puede hacer daño.

Sin embargo, muchas personas actúan sin causas claras con conductas celosas, y para trabajar esto, debido a que la persona y su pareja, seguro ambos sufren, hemos de tener en cuenta lo siguiente:

  • Reconocer que estamos teniendo un problema.
  • Observar e identificar situaciones que activan la emoción y/o conducta celosa.
  • Tomar conciencia de si hay otras emociones que están alimentando los celos (frustración, inseguridades, miedo al abandono, etc.).
  • Trabajar la gestión de esas emociones, con autoinstrucciones y reestructuración cognitiva.
  • Modificar conductas, hacia otras más respetuosas hacia ti y tu pareja, y observar los beneficios y costes de esto.

Desde luego hemos de tener en cuenta que los celos provienen del miedo a la pérdida, a través sobretodo de los agravios comparativos, por tanto si trabajamos para querernos y aceptarnos, menos receptivos seremos a esta emoción.

Escrito por: María Álvarez, AN08209.